El Barça ha tenido cierta Suárez-dependencia esta temporada fuera de casa. El uruguayo es un jugador con el que se puede ir a la guerra, especialmente fuera del Camp Nou. Tiene espíritu e imprime carácter al equipo. Su ausencia se nota. Tanto que, un viaje por la estadísitica del curso descubre que en todos los partidos que el Barça ha ganado fuera esta temporada, Suárez ha tenido participación.
Así, Suárez marcó un gol en la victoria 0-2 de Getafe después de una ‘asistencia’ de Ter Stegen; fue básico en la remontada en Leganés, donde el Barça ganó 1-2 gracias entre otras cosas a un tanto del uruguayo y también participó activamente en el 0-3 de Eibar. Cuando no ha marcado, ha sabido asistir. Hizo de pantalla para Messi en el gol del 0-1 del Wanda. El argentino, después de una excepcional conducción, se apoyó muy bien en el uruguayo para batir a Oblak. En Liga, Suárez tuvo un papel destacadísimo también en algunos empates. En el 2-2 de Anoeta, asistió a Griezmann para el 1-1 y adelantó al Barça después de un pase de Messi que le dejó de cara a gol. Y contra el Espanyol, hizo un golazo a centro de Alba y dio otro espectacular pase a Arturo Vidal. En Champions, su participación también fue decisiva en Praga (participó en el 1-2 que se concedió en propia puerta) y en Milán, asistiendo a Ansu de forma parecida a Messi en el Wanda para el 1-2.
Recién operado de la rodilla derecha por segunda vez en dos años, la lesión de Suárez hace un daño tremendo al Barça. No son sólo sus cifras, que también (hasta su lesión, había participado en el 41% de goles del Barça). Es su trabajo para hacer más feliz a Messi en el césped y abrirle pasillos que ahora el argentino tendrá que encontrar en otros lugares y con la ayuda de otros compañeros. A Suárez no se le espera hasta mayo. Veremos si tarde o no para el Barça.